jueves, 27 de abril de 2023

Encarnación: Tomando las Riendas

 La siguiente visión no recuerdo cuando ocurrió, aunque la recuerdo muy bien y no creo que vaya a olvidarla, recuerdo habérsela contado a mis cercanos y explicarles el significado de la misma.


Observaba desde lo alto, dentro de un edificio muy grande perteneciente a la cultura del antiguo orden de los cuales los hay todavía intactos en mi ciudad, un hombre ya mayor con cabello corto, canas y un poco de calvicie haciendo labores de mayordomo, al parecer este era el antiguo dueño de esta magnífica propiedad que no solo destacaba por su gran tamaño y extensión sino por su arte característico del mundo antiguo, aquella cultura global tártara/escita de las cuales hay pruebas en todo el mundo de su extensión geográfica y que erróneamente la llamamos "estilo colonial neoclásico". Lo observaba y me daba pena su situación, tuvo que vender la propiedad y quedó como empleado al conocer bien la casa, por ende podía realizar con mayor facilidad todos los cuidados y servicios necesarios, pero se notaba y sentía en su alma el pesar de no ser mas el dueño, ese pesar no pasaba desapercibido y me atormentaba tanto como a él, puesto que se sentía injusto.

En un momento ocurre un accidente en la cocina, algo estalla y las llamas lo alcanzan, observé sorprendido como se incendió desde su pecho hasta su vientre y noté que realizaba poco para extinguir el fuego que ya comenzaba a lastimarlo, percibí sus intenciones, el no quería sobrevivir, estaba resignado, estaba pensando en que lo mejor era morir a causa de un accidente doméstico. Todo eso ocurrió en escasos segundos y en ese mismo tiempo lo veía y no podía soportarlo, ver que no hacía lo necesario para apagar el fuego que pretendía consumirlo me angustiaba y desesperaba como nunca antes había sentido.

Entonces presa de ese sentimiento inaguantable descendí hasta él, tomé posesión de su cuerpo ya en el suelo, el dolor era atroz, comencé a rodar sobre mi, golpear el fuego, cada movimiento dolía más que el anterior hasta que logré apagar las llamas, el ardor de mi abdomen, el piso frío de pequeñas baldosas ornamentadas manchado de sangre, permanecí por unos momentos allí, tirado en el suelo en posición fetal, hasta que de alguna manera me obligué a levantarme para buscar ayuda, no sabía si iba a sobrevivir, no era consciente de si el daño era letal, caminé muy despacio, aturdido, hasta que llegué a una puerta que estaba a la derecha de un viejo ascensor de reja, allí un hombre y una mujer también empleados uniformados me vieron y vi la expresión de susto en sus rostros, me tomaron ambos uno por cada mano y me llevaron lentamente a otro lugar, entendí que había salvado su vida y que iba a estar bien.


Allí se desvaneció.


No pregunten por el significado, no lo voy a divulgar públicamente puesto que podría innecesariamente malinterpretarse. Si por alguna causalidad algún iniciado se encuentra con este texto, será la confirmación a sus sospechas de mi verdadera identidad. El que tenga el ojo abierto, que vea.

Yo no pedí experimentar esta visiones, no gano nada inventándolas, simplemente dejo registro de ellas por cualquier eventualidad.

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